Mañana

Mañana empiezo a recorrer la mejor de todas las rutas del mundo: la que me lleva a tí.

Mañana empiezo a andar por las sendas andadas pero con el ánimo eufórico porque, al final, estarás esperándome.

Mañana, Allegra querida, tu mamita volverá a ser feliz.

Cuando sonries...

...me enloqueces, me transportas, me relajas, me calmas, me iluminas.

Cuando hablas, llenas mi vida de ilusión.

Cuando dices pronuncias dulcemente: "mama", es la voz de un ángel la que escucho.

Te quiero mucho, hijita. Falta poco para volverte a ver, en persona, mientras tanto, sigue dándome alegrías informáticas, que hacen que esta separación sea más soportable.

Te miro y no me lo creo

Preciosa, hermosa, radiante...un angelito bajado del cielo con la sonrisa siempre a flor de piel y los ojitos vivos. Así es mi Allegra, a quien ahora, tal y como la describí en mi último libro, "hace felices a quienes la miramos desde el otro lado del océano, utilizando las TICs".

Te miro y cada segundo creces más linda, más sana y más feliz.

Cada cosita, por más pequeña que sea, llena mi corazón de alegría.

Te encuentro grande, crecida, sólida e independiente. Amante de la "neshe" hasta la saciedad y simpática para llenar barriles.

Qué hermosa eres, hijita! Qué orgullosa haces a tu mamita que espera que este inmenso sacrificio redunde en beneficio de los tres.

Cuento los segundos que nos separan mientras que diseño métodos para no llorar. Mi mente sabe que estamos juntas y que lo estaremos para siempre pero, quién es el guapo que se lo explica a mi corazón, princesa?

Mirarte y no poder besarte

Querida Allegra: qué triste es mirarte y no poder oler tu olorcito de bebé, besar tu cachete rosadito, tocarte el pelito, tenerte cerca mío! Qué triste, amor!

Sin embargo, por lo menos te puedo ver y saber que estás bien. No sé cómo haré para aguntar todo el tiempo que me queda en este país! No lo sé! Cada día que pasa me siento más consternada porque las ganas que tengo de estar contigo son inmensas, increíbles, gigantescas, astronómicas...no pensé que te iba a extrañar tanto. Pensé que sí, que claro que lo haría pero no me imaginé la magnitud de este sentimiento.

No vale la pena nada sin tí. Por suerte no te das cuenta. Te veo preciosa y feliz, jugando y cantando y no te das cuenta de nada. No te enojas, no te enfadas. Tú estás feliz con tu papito y con la gente que te quiere.

Qué grande es el sentimiento, Allegra! Qué lazo más fuerte me une a tí! No te puedes imaginar!

Me contentaré comprándote cosas para que cuando nos volvamos a ver, rías sin parar. Así me consuelo yo, por lo menos.

Mientras que el tiempo corre, te escribo para que el día que puedas leer y entender lo que leas te enteres que tu mami, aquel julio de 2009, lloraba sin parar por tí, desde Barcelona y rezaba, cada noche, para que estuvieras bien, mientras contaba los segundos que faltaban para volver a estar juntas.