Falta poco...
Querida niña: mientras duermes a mi lado, chiquitita y roncadora, escribo estas líneas, quizás las últimas antes de iniciar mi periplo catalán.
Hoy estoy más convencida que nunca que este periplo lo haré sola y me duele en el almar haber armado algo para estar contigo y tener que dejarte. Sé que estarás bien cuidada y contenida pero tengo que convencer a mi corazón que la vida sin tí es posible...es posible porque la separación es temporal y porque el reencuentro será hermoso.
Tú eres tú. Tu vida no me pertenece. Algún día me dejarás y no habrá forma de retenerte a mi lado y sé que tampoco querré hacerlo porque tú eres tú. Tú eres la única dueña de tu destino. No eres mía, no me debes nada y, si me quieres, volarás altísimo y en eso estará la esencia de nuestra mútua felicidad.
Superar egoísmos y vernos crecer la una a la otra es la clave para ser felices.
Después de todo, querida princesa, si nos queremos de verdad, como sé que nos queremos, JAMÁS VAMOS A ESTAR SEPARADAS porque el amor es un sentimiento divino que nos hace compartir, en una pequeñísima porción, lo que se siente ser espíritus creados a imagen y semejanza de Dios.
Las separaciones son para los necios y los que no aman. Quienes nos queremos, siempre estamos juntos, no podemos separarnos o si no, qué somos? Despojos? Cosas inertes?
La alegría de querernos consiste en sentirnos y para sentirnos, basta Allegra, pensar en nosotras.
Angelito de mi vida!
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