Los niños olvidados.
Querida Allegra: cada día estás más linda y más activa. Cada segundo que pasa, veo cómo evolucionas positivamente y eso me llena de orgullo y esperanza.
"Cada niño que viene al mundo demuestra que Dios no ha perdido la esperanza con los hombres", dice Tagore y es cierto, mi niña. Cada niño es una nueva opotunidad para hacer bien las cosas que no hicimos bien.
Sin embargo, angelita mía, hay niños olvidados, niños indeseados, niños desprotegidos, niños que nacieron, se crían, aprenden y, seguramente, morirán en las calles.
Vamos a algún sitio y enseguida nos rodean varias criaturitas con pancitas redondeadas por la parasitosis, pelo desgreñado, pies descalzos y ropas hechas harapos y nos piden dinero.
Debemos acceder, Allegra? Pues no, no está bien. La mendicidad no es nuestra culpa ni está en nosotros solucionarla.
Pagamos impuestos, Allegra. Solamente compramos nuestras cosas en lugares en los que nos dan facturas legales, o sea, pagamos un impuesto llamado IVA al Estado para que implemente estas políticas sociales que parecen seguir siendo desconocidas hasta hoy.
Ayudamos a esos niños dándoles dinero? Momentáneamente, pudiera ser que sí pero, de qué sirve eso si mañana volverán a hacer lo mismo y pasado y pasado y pasado....
Es algo de nunca acabar que fortalece sus mentes mendicantes y, al final y a la postre, ni ellos ni la sociedad se benefician.
No existe una salida pronta ni fácil, pero sí quiero que, con fuego, escribas estas líneas en tu mente: Si todos y cada uno de nosotros hace lo que tiene que hacer, en el lugar que ocupa dentro de la sociedad, no solamente estamos construyendo una sociedad apta para vivir, sino que hasta podemos llegar a ser Santos!!!, de acuerdo con San Josemaría....o sea, que...IMAGÍNATE!
Seguramente me tacharás de simplista y de ingenua y yo te digo, hijita del alma: qué es más simple que ser simplicista? Por qué las soluciones tienen que ser complicadas? Hasta el momento, ninguna fórmula mágica esbozó siquiera un intento de solución para esos niños olvidados, entonce, tal vez, amor mío, estamos a tiempo de intentar una solución simplicista, producto de una mente ingenua que cree que cada niño es una nueva oportunidad para construir el país abierto a todos que la gente pide a gritos.
"Cada niño que viene al mundo demuestra que Dios no ha perdido la esperanza con los hombres", dice Tagore y es cierto, mi niña. Cada niño es una nueva opotunidad para hacer bien las cosas que no hicimos bien.
Sin embargo, angelita mía, hay niños olvidados, niños indeseados, niños desprotegidos, niños que nacieron, se crían, aprenden y, seguramente, morirán en las calles.
Vamos a algún sitio y enseguida nos rodean varias criaturitas con pancitas redondeadas por la parasitosis, pelo desgreñado, pies descalzos y ropas hechas harapos y nos piden dinero.
Debemos acceder, Allegra? Pues no, no está bien. La mendicidad no es nuestra culpa ni está en nosotros solucionarla.
Pagamos impuestos, Allegra. Solamente compramos nuestras cosas en lugares en los que nos dan facturas legales, o sea, pagamos un impuesto llamado IVA al Estado para que implemente estas políticas sociales que parecen seguir siendo desconocidas hasta hoy.
Ayudamos a esos niños dándoles dinero? Momentáneamente, pudiera ser que sí pero, de qué sirve eso si mañana volverán a hacer lo mismo y pasado y pasado y pasado....
Es algo de nunca acabar que fortalece sus mentes mendicantes y, al final y a la postre, ni ellos ni la sociedad se benefician.
No existe una salida pronta ni fácil, pero sí quiero que, con fuego, escribas estas líneas en tu mente: Si todos y cada uno de nosotros hace lo que tiene que hacer, en el lugar que ocupa dentro de la sociedad, no solamente estamos construyendo una sociedad apta para vivir, sino que hasta podemos llegar a ser Santos!!!, de acuerdo con San Josemaría....o sea, que...IMAGÍNATE!
Seguramente me tacharás de simplista y de ingenua y yo te digo, hijita del alma: qué es más simple que ser simplicista? Por qué las soluciones tienen que ser complicadas? Hasta el momento, ninguna fórmula mágica esbozó siquiera un intento de solución para esos niños olvidados, entonce, tal vez, amor mío, estamos a tiempo de intentar una solución simplicista, producto de una mente ingenua que cree que cada niño es una nueva oportunidad para construir el país abierto a todos que la gente pide a gritos.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home