La alegría de progresar

Verte caminando es, sin duda alguna, la mayor alegría que tuve estos días, preciosa niña.

Verte imitar sonidos, sentir que me acaricias, sonreir con tus travesuras, hacen que mi vida tenga sentido.

Pero, ayer, Allegra, ayer me hiciste notar que no ibas a ser bebé toda tu vida sino que estabas en proceso de convertirte en niña: con mucha decisión y, sabiendo perfectamente lo que querías, te saliste de tu pequeña bañera azul. Sí, esa misma que usamos desde que naciste (primero con red y luego, sin), esa bañera azul que ha sido, desde hace un año, "tu" bañera.

Quise anotar este hecho porque me hizo mucha gracia y, al mismo tiempo, me hizo imaginar que cada vez falta menos para que juntas hablemos de nuestras cosas, nos entendamos, planeemos y soñemos en la misma sintonía, como lo que somos, Allegra: dos personas unidas para siempre a través de lazos físicos y espirituales indisolubles.