Es grande Paraguay mi gran cariño...
...extraño de su gente su bondad, son buenos, consecuentes como amigos, por eso yo los quiero de verdaaaad...dice una vieja canción popular, querida Allegra que, hoy día, ha perdido casi totalmente, sentido y trascendencia.
Acá no hay gente buena, ni siquiera hay gente. Es un país de depredadores. No hay amigos porque el verdadero amigo es el que se vuelca en el prójimo olvidándose de sí mismo. Acá, de lo que siempre nos olvidamos es del prójimo.
Pero, sin embargo, cada vez que estamos lejos de casa, la añoramos. Por qué? No sé. Quizás seamos masoquistas, quizás aún tenemos viva dentro de nosotros a aquella señora alada que fue la única que no abandonó la Caja de Pandora: la esperanza.
Quizás sea porque el verdadero hogar es donde está el corazón y, como mi corazón está con tu papito, entonces, mi hogar está en Paraguay.
Sin embargo y, con el ligero temor de que pienses que soy monotemática, es bonito salir del país y pensar que todavía somos de las pocas personas privilegiadas que tenemos una casa hermosa y confortable a la que volver.
Segura estoy, Allegrita, que está casa será diez veces más hermosa y cien veces más confortable el día que estés con nosotros: con tu papito, con Poro y conmigo. Los tres te esperamos aunque a veces creo que no eres más que una ilusión.
Acá no hay gente buena, ni siquiera hay gente. Es un país de depredadores. No hay amigos porque el verdadero amigo es el que se vuelca en el prójimo olvidándose de sí mismo. Acá, de lo que siempre nos olvidamos es del prójimo.
Pero, sin embargo, cada vez que estamos lejos de casa, la añoramos. Por qué? No sé. Quizás seamos masoquistas, quizás aún tenemos viva dentro de nosotros a aquella señora alada que fue la única que no abandonó la Caja de Pandora: la esperanza.
Quizás sea porque el verdadero hogar es donde está el corazón y, como mi corazón está con tu papito, entonces, mi hogar está en Paraguay.
Sin embargo y, con el ligero temor de que pienses que soy monotemática, es bonito salir del país y pensar que todavía somos de las pocas personas privilegiadas que tenemos una casa hermosa y confortable a la que volver.
Segura estoy, Allegrita, que está casa será diez veces más hermosa y cien veces más confortable el día que estés con nosotros: con tu papito, con Poro y conmigo. Los tres te esperamos aunque a veces creo que no eres más que una ilusión.
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