Magia potagia

Te gusta la magia, Allegra? A mí, me encanta. Siempre me encantó, desde muy pequeña.

Siempre tuve sets de magia, siempre obligué a mi mamá a recorrer las tiendas más recónditas en busca de algo "mágico", de algo con lo cual podía pretender hacer magia. Incluso llegué a rezar para que, milagrosamente, del Cielo, cayera una mágica varita que hiciera más mágicos mías días de niña recatada y estudiosa.

Sin embargo, Allegrita querida, la magia estaba a la vuelta de la esquina o, al vuelta del mar, si acaso y la magia me llevó a cruzar ese inmenso océano una y otra vez hasta encontrar la fuente de todas las magias: a tu papito.

Si crees en la magia, Allegra, no esperes milagros ni revelaciones asombrosas...la magia no funciona así y tampoco Chris Angel tiene magia de verdad.

La única y auténtica magia, la magia que te llena de alegría el corazón y que te hace caminar sobre una burbuja día a día casi sin darte cuenta de donde estás parada es la magia del amor.

Cuando esa magia aparece, si es magia de las buenas, no desaparece nunca jamás; pero no la esperes, Allegrita, ella llegará justo en el momento en que sea oportuna y bienvenida y, cuando llegue, lo hará de algún modo tan pero que tan mágico que creerás que tu Hada Madrina te acaba de hacer una visita.