No todo lo que brilla...
...es oro, querida niña, aunque lo parezca.
Cada año, desde hace 16 años, salgo de este continente con la gente que más quiero y regreso a mis orígenes, al lugar de aquellos que estuvieron antes que yo y que hicieron posible que hoy día, yo esté aquí.
Cada año, desde hace 16 años...
Toda esta aventura europea, toda esta diversión sin límites (más que los propios de las tarjetas de crédito...) suscitan la envidia de mucha gente.
Sin embargo Allegra, algún día, tú también vas a experimentar que NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO y no todo lo europeo vale la pena vivirlo.
A veces me pregunto porqué estoy haciendo un esfuerzo sobrehumano físico y económico tan grande si mi felicidad está aquí, con tu papito y Poro, porqué me esfuerzo tanto para lograr lo mismo de siempre: una sensación desagradable al final del camino producida por el contacto con gente que no me quiere, que no aprueba lo que hago, que no está interesada en escucharme y que, a pesar de ser una persona de 33 años con un interesante camino recorrido, me sigue mirando como una nena estúpida.
Hay gente que no vale ni una gota de esfuerzo y hay gente, como tu papito, Allegra, que vale una vida entera.
Cada año, desde hace 16 años, salgo de este continente con la gente que más quiero y regreso a mis orígenes, al lugar de aquellos que estuvieron antes que yo y que hicieron posible que hoy día, yo esté aquí.
Cada año, desde hace 16 años...
Toda esta aventura europea, toda esta diversión sin límites (más que los propios de las tarjetas de crédito...) suscitan la envidia de mucha gente.
Sin embargo Allegra, algún día, tú también vas a experimentar que NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO y no todo lo europeo vale la pena vivirlo.
A veces me pregunto porqué estoy haciendo un esfuerzo sobrehumano físico y económico tan grande si mi felicidad está aquí, con tu papito y Poro, porqué me esfuerzo tanto para lograr lo mismo de siempre: una sensación desagradable al final del camino producida por el contacto con gente que no me quiere, que no aprueba lo que hago, que no está interesada en escucharme y que, a pesar de ser una persona de 33 años con un interesante camino recorrido, me sigue mirando como una nena estúpida.
Hay gente que no vale ni una gota de esfuerzo y hay gente, como tu papito, Allegra, que vale una vida entera.
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