Cuánto vale la paz?
Hace rato, tu papito me decía, querida Allegra, que lo mejor del mundo era un fin de semana de paz y tranquilidad y yo estoy plenamente de acuerdo con él.
A pesar de que te esperamos con muchísima ilusión, sabemos que, desde el preciso instante que nos enteremos que estás en este mundo, nuestras vidas, así como las conocimos hasta ahora, dejarán de existir y se transformarán en otras que, seguramente tendrán sus más y sus menos pero que, evidentemente, no tendrán absolutamente nada de parecidas con nuestras vidas actuales.
La paz y la tranquilidad valen mucho, Allegra preciosa. Creo que estar en el hogar, en tu refugio de paz, en tu reino privado, es la mayor de las alegrías y de los triunfos del ser humano como ser racional.
Me gusta la paz, me gusta la tranquilidad, me gusta el silencio, me gusta estar en mi casa con tu papito y tu hermana Poro. Me gusta saber que tengo que cumplir nada con nadie por lo menos por dos días pero creo que pagaría todo el oro del mundo porque tú estés en medio de todo ésto.
Nada es más importante ni valioso que la presencia de un ser hecho con el mayor de los amores humanos entre las dos personas que más se quieren en el mundo entero.
Qué linda es la paz, Allegra!...pero no es perfecta ni completa si esa paz no viene de contemplar tu carita y pensar en el maravilloso ángel que duerme totalmente feliz sabiendo que sus padres están ahí para ella.
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