Cosas materiales que nos hacen felices

Querida Allegra: el día que sepas leer y entender lo que leas, la lectura de este blog te recordará que, el 12 de julio de 2008, tuvimos un hermoso coche nuevo. Una camioneta gris oscura muy moderna y confortable que esperamos pusiera fin a la era Yaris.

A tu mamita le costó mucho pero cree que valió la pena. El cochecito Yaris se descomponía demasiado y ocasionaba muchos gastos. No podíamos confiar en él. Incluso me dejó en el patio de la Universidad.

Ahora tenemos éste que, en realidad, es una camioneta. La primera vez en la vida que tengo una. Es mi cuarto coche, mi segundo 0 km y la primera camioneta.

Es un objeto material pero tiene connotaciones espirituales. Qué cómo es eso posible?

Pues mira Allegra, sin un coche no podría llevarte al Colegio, al médico o, simplemente, de paseo; in un coche, no podría ir a trabajar (mucho menos ahora que con la escasez de diesel, ni ómnibus hay); sin un coche, no podría llevarte a URGENCIAS, si te pasara algo o a la Poro (que ayer fue atacada por un bulldog y tuvimos que correr a una URGENCIA VETERINARIA en la otra punta de la ciudad); sin un coche no podría ir al Super a comprar cosas o a pagar cuentas.

En mi vida, muñeca, un coche no es un lujo, es una necesidad. Cuando seas mayor, comprenderás y verás con tus propios hermosos ojitos azules cómo "choferea" tu madre, entre otras cosas porque sabes que la vida de tu mamita eres tú.

Las cosas materiales pueden hacerme feliz un ratito pero, a la larga, Allegra, es el amor de tu papito, las caricias de la Poro y tu sonrisa lo que me mantienen viva. No lo olvides, amor.